"Concédeme, Señor, serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar las que sí puedo y sabiduría para distinguir las unas de las otras". Kurt Vonnegut, Matadero cinco

1/3/16

¡Día 22 del reto! Mi libro más fino

¡Hola a todos! Las preguntas del reto últimamente están siendo más sencillas, ¿no os parece? Tranquilos, que seguro que se romperá la racha un día de estos. Mientras tanto, seguimos con preguntas meramente estadísticas:

22. Tu libro más fino

No me voy a poner a contar las páginas de los libros más finos que tengo, sinceramente. Pero a ojo de buen cubero, me parece que el libro más fino que tengo es un libro que tarde o temprano todos hemos acabado leyendo. Ese libro es... El principito, de Antoine de Saint-Exupéry.

Mi edición es la edición de Salamandra. Tapa blanda, 95 páginas

Si os digo la verdad, nunca fue un libro que me llamase la atención. Recuerdo que lo pusieron de lectura obligatoria para los de 1º de la ESO cuando yo entré en 2º y me alegré de no estar repitiendo, no quería leerlo. Ahora, recordando, casi lo habría preferido. A mi curso se nos mandó leer La vuelta al mundo en ochenta días. Y aunque es más entretenido, se me hizo más pesado por las descripciones.

Leí El principito... Puf. No recuerdo cuántos años tenía cuando lo leí. Creo que ya estaba en la universidad, o quizá en bachillerato. No fue una lectura que hiciera de niña, y me alegro por ello. Muchas veces he visto que se cataloga El principito como lectura para un público infantil, pero yo no estoy de acuerdo. Creo que es una de esas historias para adultos disfrazadas de historia para niños, como las grandes historias que nos ofrece Pixar. Puedes leerla de niño, sí, pero no creo que puedas vivirla y sentirla como lo haría un adulto. Por poneros un ejemplo, cuando fui a ver Toy Story 3 al cine, estaba rodeada de niños. Yo lloré viendo esa película, de hecho es la única película con la que he llorado en mi vida. Los niños no lloraron. ¿Por qué? Porque no entendieron la película como la entendí yo. Andy, el niño de Woody y los demás, se marcha a la universidad, a comenzar su vida de adulto. Yo vi esa película justo al terminar mi primer año de universidad. El impacto no es el mismo que para esos niños, claro. Del mismo modo, no creo que hubiera podido disfrutar El principito si lo hubiese leído siendo más pequeña. No lo habría entendido.

Hace mucho de esa vez que lo leí, pero recuerdo que me hacía pensar. Es un libro que contiene multitud de críticas al mundo actual, a nuestro comportamiento, que te invita a reflexionar sobre lo que importa, sobre la amistad, el amor. Un libro sensible, delicado. Creo que no puedes disfrutarlo si eres de los que ven un sombrero en vez de un elefante dentro de una serpiente, ya me entendéis ^^"

Y hasta aquí la entrada de hoy... Breve, como el libro. Os dejo con uno de los fragmentos que más me gustaron cuando lo leí (que por cierto, estoy un poco harta de encontrar frases por internet atribuidas a este libro y que en realidad no recuerdo que salieran en él, ¿soy la única? ¿Estoy loca? Quién sabe). ¡Hasta la próxima entrada!

—¿Qué significa "domesticar"?
—Es una cosa demasiado olvidada —dijo el zorro—. Significa "crear lazos".
—¿Crear lazos?
—Sí —dijo el zorro—. Para mí no eres todavía más que un muchachito semejante a cien mil muchachitos. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. No soy para ti más que un zorro semejante a cien mil zorros. Pero, si me domesticas, tendremos necesidad el uno del otro. Serás para mí único en el mundo. Seré para ti único en el mundo...
—Empiezo a comprender —dijo el principito—. Hay una flor... Creo que me ha domesticado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario